Lugar: Trevejos (Vilaflor, Tenerife)
Emisor: Chanise
Este día subí con mis padres al lugar por la necesidad imperiosa de comunicarme con Ellos, ya que tenía preguntas que me estaban inquietando. Por lo general, no suelo hacer preguntas, puesto que el respeto que les tengo es tal que sólo escucho lo que tienen a bien decirme. Me senté en los alrededores de un lugar mágico para mí y me dispuse a escribir.
oOo
Ellos: Estás aquí por fin.
Estamos orgullosos de tu benevolencia y humildad. Queremos darte un legado importante, no para ti, sino para nuestra tierra. Tienes a tus pies un lugar mágico y auspiciado por Ashaman. En este lugar, tu bisabuelo recibió la total legitimidad de un buen intermediador.
Existe un legado importante para nosotros, y esperamos [que] para ustedes, en esta cueva.
Pregúntanos.
(Puesto que el lugar fue paulatinamente tapado desde hace más de 50 años, primero por mi bisabuelo, que tapó una de las bocas de las cuevas, y luego, por la gente del lugar, que según pasaban los años fueron llenando de escombro y varas de las parras de poda. Este lugar, la entrada, está en un terreno aledaño al de la herencia de mi madre, el cual le tocó a otro heredero. Esto lo explico para que comprendan algunas preguntas que les hago a continuación).
Yo: ¿Qué hago para limpiar este lugar?
Ellos: Este lugar está limpio.
Yo: Me refiero a qué hago para retirar todo lo que hay aquí, ya que no es mío el lugar.
Ellos: Este lugar se debe limpiar de suciedad, pronto. Lo necesitas libre para poder entrar.
Yo: Quiero preguntar algo que me parece atrevido, pero saben que me gustaría saberlo, ¿puedo?
Ellos: Adelante.
Yo: ¿Podrá ser mío este lugar algún día?
Ellos: Este lugar no será tuyo nunca, pero podrás hacer y deshacer de él lo que tú quieras.
Yo: ¿Y cómo es que podré hacer de él si no es mío?
Ellos: Nunca podrá ser de nadie. Sólo tú sabrás que hay aquí y podrás entrar. Este lugar te lo ofrecerán.
Anímate que estás decayendo, y no te conviene. Debes buscar tú felicidad y olvidarte de lo que dirán.
Un patrimonio como éste es digno de una harimaguada. Tu legado te espera y, si lo quieres y lo solicitas, será tuyo.
Yo: ¿Quién me habla?
Ellos: Chanise.
Yo: Gracias.